viernes, 1 de febrero de 2013

Imagina que esto es un título jarcor.

   ¡Hola! Ayer iba a subir una entrada que era un reportaje periodístico a alguien "especial" (para mucha gente, para otras quizás no tanto). Escribí lo que era la "introducción" (lo que pongo yo) e iba a copiar la entrevista después de cenar, peeeero... mi pereza me pudo. Así bien, hoy pondré esta entrada, la de la entrevista y ¡quizás otra! Ahí, tres por dos, estoy que lo tiro.

   Ahora, la entrada: Estoy en el instituto, en mi clase, 2ºESO C. Acabo de terminar un examen de álgebra -y ezah cozah juais- que el año pasado odiaba y ahora les veo su encanto. Me ha ido bien; como siempre no he dejado nada en blanco, pero he tenido dudas. ¡Odio las dudas! Me ponen de los nervios porque no sé el verdadero significado de lo que pienso. Ahora bien, si quisiera dejar de tenerlas debería estudiar... ¡JAJAJAJAJAJA! Qué graciosa soy.
   Me da demasiada pereza estudiar, por lo que me valgo de mi razón, buena memoria y capacidad de aprender rápidamente. Yo aprendo -y estudio, cuando lo hago- mediante razonamiento y práctica, pero nunca memorizo (exceptuando sociales, claramente). Así que bueno, suspender no voy a suspender, y tampoco creo que saque menos de un ocho.

   Esto es la hostia: estamos en un examen y están TODOS -la profe incluida- mirando a la clase de al lado, como lelos. El profe da voces y los chavales le siguen. Odio esto. Los gritos, las faltas de respeto, los insultos... ojalá pudiese estudiar sola, apartada de este jodido instituto racista, homófobo, intolerante y subnormal.

   Me está empezando a doler la mano de escribir -¿qué pensabas: que iba a sacar el portátil en medio de la clase?-, así que mejor paro. Quizás luego ponga una foto random abajo o algo, pero bueno. Hasta dentro de un rato que suba la entrada atrasada.

¡AGUR!





Y es que, todo muere. No podemos evitarla.
La muerte es nuestra amiga más fiel, ya que nunca nos fallará.


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