En ese momento en el que te das cuenta que no aprecias lo que tienes simplemente porque te has acostumbrado a ello. Cuando te odias simplemente por ser siempre la misma. Cuando dejas de ver con los mismos ojos a todo lo que te rodea. Cuando vuelves a agobiarte cuando la gente deja de prestarte atención y sólo saber relajarte con la autolesión. Sencillamente, es ese momento en el que te das cuenta que necesitas autodestruirte para volver a valorar las cosas, volver a sentirte feliz al ver las sonrisas de lxs que más quieres, volver a ir queriéndote poco a poco y no lo contrario.
Desear dejar de pensar en el bienestar de los demás aunque sea acosta del tuyo propio. Dejar de ahogarte en tus propios pensamientos simplemente para no molestar y joder a la gente que en su momento lo dio todo por ti. Desear discutir con todo el mundo, cambiar de aires, correr y perderte por las calles de una ciudad nueva. Meterte en lo más profundo del mar hasta no tocar el suelo y que la marea te arrastre hasta el final de todo.
Sencillamente, desear volver a caer en el infierno en el que estuvistes meses atrás. ¿Por qué? No lo sabes, sencillamente lo ansias. Realmente no sabes lo que dices y deseas algo de lo que te vas a arrepentir, pero te da igual porque lo deseas y lo tendrás, como niña capricosa que eres.
Probar cosas nuevas con las que te sientes mejor pero a la vez te arrepientes pensando en qué dirían ellxs si supiesen lo que acabas de hacer.
Estás recayendo, y lo sabes, pero ¿quieres parar? Si no es así, ¿realmente quieres volver a entrar en un infierno? ¿Deseas no dormir por insomnio y cuando lo haces tener pesadillas día sí y día también? ¿No pensar en otra cosa que en llorar? ¿Causar el malestar psíquico de las personas a las que quieres por mera preocupación -aunque realmente no tienen ni idea de nada-?
Allá tú, pero no creas que yo voy a ayudarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario